EN PALABRAS DE ADELA

Fíjate cómo hablaba Adela a su amiga Águeda. Con a penas 20 años...

25 de agosto de 1809

Hoy te escribo, querida Águeda al terminar mi rato de meditación. He estado reflexionando sobre algo muy bello: el conocimiento de sí mismo. En primer lugar, no nos conocemos a nosotros mismos porque no nos examinamos bastante. No reflexionamos sobre nuestras tendencias, sobre las intenciones que nos hacen actuar, sobre los motivos que nos determinan.

En segundo lugar, a menudo nos comparamos con personas que tienen muchos defectos, que viven de una manera superficial, y así no es extraño que acabemos teniendo una falsa autoestima.

Tenemos que comparar nuestra conducta con Jesús, Él es nuestro Modelo, y con los santos que han sido seguidores de Jesús, y entonces veremos qué lejos estamos de ser lo que creemos. Pensemos, querida Águeda, qué piensa Dios de nuestras mejores acciones, qué somos a sus ojos.

Quizá es una llamada en este tiempo de Pascua a que también nosotros meditemos. Meditar es «pensar y considerar un asunto con atención y detenimiento para estudiarlo…» Y fijémonos… Adela no medita en cualquier asunto, sino en algo que considera muy bello: el conocimiento de uno/a mismo/a. Es tal vez una llamada a que en este tiempo busquemos espacios para mirar qué hay en nuestro interior, lo consideremos, lo estudiemos, lo examinemos y para realizar bien esta revisión el medidor que nos va a ayudar mucho y bien, dirá también Adela, es Jesús. 

¿Te atreves? ¡Ánimo! Si lo necesitas aquí llegan algunos númeeros de «En Palabras de Adela» que pueden servir…

Madre Adela

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.