Historia del Colegio

ORIGEN DE LA FUNDACIÓN EN VALENCIA – AÑO 1946

Las Hijas de María Inmaculada, deciden extender su espíritu y obras de la congregación y crear su cuarta comunidad de España en Valencia.

“Varias familias valencianas que habían sido refugiados durante la guerra civil española, en San Sebastián, manifestaron su deseo de que las H.M.I. – Marianistas, se establecieran en Valencia. En San Sebastián habían llevado a sus hijas a nuestro Colegio y supieron apreciar los métodos educativos y la enseñanza marianista”.

Esta opinión se reflejo en el periódico Levante, en un artículo aparecido en fecha 25 de Enero de 1957, once años después de la implantación del primer colegio en Valencia.

Así las religiosas marianistas comenzaron su labor educativa en la ciudad del Túria, siendo muy apreciadas por todos. Llenas de entusiasmo, con la rica y común herencia de espíritu y métodos pedagógicos de la fundadora Adela y preparado el terreno por las Rvdas. Madres Genoveva y Madre Sagrada Familia, se puso la primera semilla el 5 de Septiembre, en la calle de Cruz Nueva nº 4 principal 1ª puerta.

Las hermanas se instalaron en el 1er piso,
donde figuran las balconadas de cristal.

No habían de faltar las dificultades propias de toda fundación.

Y así en octubre, curso 1946-1947 se fundó este colegio en Valencia.

El curso escolar dió comienzo por primera vez en nuestra ciudad con un contingente de veinte alumnas. Este piso a pesar de ser céntrico recordemos que la calle de Cruz Nueva es una travesía de la calle la Paz, no reunía las condiciones requeridas para un contingente de alumnas más numeroso.

En los primeros años se atendían los estudios de primera enseñanza y estudios comerciales. Pronto se hizo necesario ampliar la labor comenzada y con la aprobación necesaria se implantaron los primeros cursos de bachillerato.

Palacete de la noble familia valenciana
Trenor y Palavicino, ya con la supresión
del jardín (que ocupaba toda la parte de delante)
para la ampliación de la calle Alboraya.

Pero piensan que aunque las distancias son relativamente cortas de aquí al centro, la gente es reacia a cruzar el puente y que es una zona poco poblada con lo que tendrían poco contingente de alumnado, pero al final se deciden.

Después de un veloz y apresurado traslado el 4 de Octubre de 1948 comienza el nuevo curso escolar“  y hay entre las mayores muchas niñas nuevas”

Pero pronto se hizo sentir también la necesidad de un edificio propio y bien situado. Después de varios intentos infructuosos para conseguirlo, surgió por divina providencia la venta del palacete cuyo piso principal estaban ocupando en alquiler desde Octubre de 1948.

Tras algún espacio de tiempo, 4 años de negociación, quedo concertada la operación de compra y el 8 de Noviembre de 1952 poníamos a disposición del alumnado la finca entera, con su palacete y con sus espaciosos jardines, y la difusión de la obra ya no corría peligro y la continuidad de las Marianistas en Valencia ya está pues asegurada, pero, cuantos contratiempos, desilusiones y oraciones les ha costado a las hermanas.

La comunidad ante este hecho canta un “Laudete” y exclama “Bendito sea Dios”.

Las solicitudes de ingreso en el colegio se multiplican. Los inspectores, en sus visitas al centro, constatan el buen rendimiento de las alumnas y aconsejan buscar una nueva sede. ¿Qué hacer? Se impone buscar una solución radical: construir en otro lugar, ya que la ampliación es imposible. Para ello, además del dinero, hay que buscar un terreno apropiado. Por fin se encontró en el término municipal de Alboraya. De 1963 a 1967 la directora del colegio fue María Blanca Jamar y a partir de entonces María Natividad Chavarri.

El 15 de julio de 1968 se firmó la compra por parte de la Congregación de Hijas de María Inmaculada (Marianistas) de:    un campo de 18 hanegadas, o sea una hectárea, cuarenta y nueve áreas, cincuenta y nueve centiáreas y sesenta y nueve decímetros cuadrados, de tierra de huerta con una alquería y una noria, situado en Partida Calvet 15, del término municipal de Alboraya (Valencia).

Así de preciso es el contrato. Un terreno situado en medio de cultivos de chufas, el típico de Alboraya, materia prima de la rica horchata.

Mientras se hacían los trámites y planos de la nueva construcción, los marianistas encargados de deportes del colegio del Pilar pidieron a sus hermanas poder utilizar el terreno como campo de fútbol.

Se plantaron porterías y durante ese tiempo los equipos venían regularmente a jugar sus partidos en el campo de «El Chufero».

¡Con qué alegría se va viendo brotar el nuevo edificio! Buena falta hacía una nueva sede. Al final del curso de 1970-71 hay trescientas setenta y dos alumnas de Primera enseñanza y doscientas veintisiete de Segunda. No caben en la casa de la calle Alboraya.

CURSO ESCOLAR 1971 – 1972

TRASLADO A ALBORAYA A LOS 25 AÑOS DE LA LLEGADA DE LAS MARIANISTAS A VALENCIA

El 12 de octubre de 1971 se inauguraba en Alboraya el primer pabellón del nuevo colegio. Se entusiasma la cronista ante tal acontecimiento: » ¡Amaneció radiante el día 12, festividad de Nuestra Señora del Pilar! «. Y cuenta los apuros de última hora, las lluvias inoportunas de los días precedentes, el trabajo contra reloj para dejar todo bien preparado.

Vista general del nuevo Colegio el día de su inauguración,
el 12 de Octubre de 1971.
 

Escribe la directora del colegio, la hermana Natividad Chavarri:

A las 11, Eucaristía en el gran gimnasio, que se abre a los patios, a fin de dar facilidades al numeroso público que va llegando y se afana por encontrar sitio donde aparcar el coche y un lugar en el recinto o fuera para participar en la celebración. Preside la Eucaristía el director del colegio del Pilar, forman el coro un nutrido grupo de alumnas. Asiste el alcalde de Alboraya y la superiora provincial y muchas antiguas alumnas con sus familias … Como es lógico, el grupo más numeroso lo componen los padres de familia.

Además la fiesta es doble: se inaugura un pabellón del colegio y se celebran las bodas de plata de las marianistas con Valencia.

Por eso, no han faltado a la cita las que hace 25 años pusieron los cimientos de la obra, entre ellas la superiora provincial de entonces, María de la Sagrada Familia.

Una fiesta hermosa que tiene su pero….

Pero … el colegio no está terminado, las niñas pequeñas de la calle Alboraya nª 10 esperan impacientes que se construya su pabellón. La capilla no está acabada. Los obreros volverán a su trabajo, claro que ahora a un ritmo más lento, pero habrá grandes ventajas: quedará un colegio moderno y adaptado a las exigencias de la Educación.

Empieza una nueva época para el Colegio.

Descargar la historia completa del colegio de Valencia y Alboraya

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