¡NOS TOCA LA TIERRA! ¡MANOS A LA OBRA!
Las voces de alarma son cada vez más insistentes, nos queda poco tiempo. El equilibrio del planeta se está rompiendo y las consecuencias sobre los seres vivos están empezando a ser terribles. Esto no es fácil. Cuidar la Tierra supone cambiar nuestra forma de pensar y de vivir, porque es precisamente lo que está esquilmando la vida a una velocidad de la que no somos conscientes ¿Podremos? ¿Por dónde empezamos? ¿Llegaremos a tiempo?
El papa Francisco en la primera encíclica que escribió, titulada ‘Laudato si’, inspirada en san Francisco de Asís, nos invita a cuidar nuestra casa común. En esta tarea se dan cita la lucha por la justicia social, la defensa y el respeto a todas las formas de vida y el cuidado del entorno natural. Somos invitados urgentemente a una conversión ecológica inspirada en el amor de Dios por sus criaturas. El cambio empieza en el corazón.
Esta campaña quiere ser una llamada a asumir nuestra responsabilidad como hijos de Dios para cuidar la creación que se nos ha encomendado y, como educadores marianistas, a retomar nuestra vocación de leer los signos de los tiempos y responder con “odres nuevos”. Podemos recrear hoy a Guillermo José Chaminade cuando hablaba de que “somos los auxiliares y los instrumentos de María en la gran obra de la reforma de las costumbres”, contribuyendo a la misión de cambiar unos hábitos de comportamiento que son egoístas, destructivos y suicidas.